La leche materna es el mejor alimento para un bebé durante sus primeros meses de vida. Por ello, es importante saber qué necesita una madre lactante, los cambios que sufre durante el proceso y las recomendaciones para cubrir sus necesidades nutricionales y las de su hijo.

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¿Quién es una madre lactante?

Una madre lactante es una persona que alimenta a su hijo recién nacido con la leche que segregan sus pechos justo después del parto. Esta leche proporciona todos los nutrientes necesarios para que el sistema inmunológico del bebé se desarrolle plenamente. De hecho, se recomienda que la leche materna sea el único alimento de los recién nacidos hasta los seis meses de edad, y que hasta los 2 años, combinen la leche con otros alimentes nutritivos adecuados para esta edad.

Además, la lactancia materna ayuda a prevenir infecciones gastrointestinales y respiratorias, diabetes, alergias y colesterol alto, entre otras. Aparte de este factor de prevención, la lactancia también proporciona beneficios emocionales y psicológicos al bebé y a la madre.

¿Qué necesita una madre lactante?

Una madre lactante debe cuidar su salud para así cuidar también la de su hijo, por lo que su principal necesidad es llevar una dieta equilibrada. A través de la leche materna, la mujer pierde varios nutrientes que debe recuperar para garantizar un buen estado nutricional durante la lactancia. Veamos qué necesita para lograrlo:

  • Mucha hidratación: para producir leche, el cuerpo debe estar bien hidratado, ya sea bebiendo agua, infusiones o zumos. Lo ideal sería beber un mínimo de dos litros diarios.
  • Alimentación completa: para garantizar una buena alimentación, tanto para la madre como para el bebé, es esencial asegurarse de que la dieta incluya proteínas, hidratos y lípidos.
  • Calcio: el cuerpo de la madre requiere un nivel muy elevado de calcio en el organismo, por lo que se debe tomar entre 1500mg y 1700mg al día.

Cambios en el cuerpo de la madre lactante

El cuerpo de cada mujer es distinto y sus cambios se manifestarán de manera diferente en cada uno. Sin embargo, mencionaremos aquellos que se consideran más comunes en todas las madres lactantes:

  • Sudor excesivo: es una manera que tiene el cuerpo de eliminar los líquidos acumulados. Suele durar unas dos semanas tras el parto, ya que el cuerpo necesita reajustar sus cambios hormonales y volver a la normalidad.
  • Cambios en la piel: acostumbran a aparecer estrías o, las que ya habían aparecido durante el embarazo, pueden cambiar de color. Eso tiene que ver con el aumento de peso y del estiramiento que sufre la piel a medida que va creciendo el bebé.
  • Sequedad vaginal: el responsable de este cambio es el déficit de estrógenos causado por el postparto.
  • Cambios de humor: las hormonas están descontroladas y el cuerpo y la mente deben tomarse su tiempo para volver a su estado normal.
  • Aumenta el tamaño y la sensibilidad de los pechos: durante el embarazo también aparece este síntoma, pero es en el postparto donde maduran los conductos por donde pasa la leche hasta llegar al bebé. Una vez la madre lactante haya dejado de producir leche, los senos volverán a su estado.

Recomendaciones de nutrientes y vitaminas para una madre lactante

Las madres lactantes producen hasta 700ml de leche cada día, lo que supone un gasto de unas 85Kcal diarias. Así pues, la madre deberá aumentar su ingesta calórica y subirlas a unas 500Kcal al día durante los primeros meses de lactancia. Para ver mejor sus necesidades nutricionales, colocaremos los nutrientes en distintos grupos:

  • Proteínas: la ingesta de proteínas debería incrementarse en 25g cada día. Son unos nutrientes muy importantes para la formación del feto y se recomienda aumentar su ingesta, sobre todo, en los últimos tres meses de embarazo.
  • Lípidos: se recomienda ingerir entre un 30 y 35% de lípidos a diario. Esto se puede conseguir con alimentos como el aguacate, los frutos secos, el salmón y el atún.
  • Hidratos de carbono: las proporciones a ingerir no cambian durante el embarazo o la lactancia. Deben aportar un 55% de las Kcal totales ingeridas para que proporcionen al cuerpo la energía necesaria.
  • Calcio: una mujer lactante necesita unos 1.200mg de calcio al día aproximadamente. El calcio es fundamental para la formación del esqueleto durante el embarazo, y para recuperar todo el calcio perdido durante la lactancia.
  • Hierro: con la dieta se puede compensar las necesidades de hierro de la mujer lactante. Sin embargo, en casos de anemia, el médico puede recetar suplementos, ya que un déficit de hierro puede causar bajo peso al niño al nacer.

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¿Qué es el calostro?

El calostro es la primera leche que se produce al inicio de la lactancia. Se trata de un líquido denso, cremoso y un poco amarillento con gran valor nutricional e ideal para alimentar a un recién nacido. Debido a su concentración y su cantidad de proteínas y nutrientes, con poca cantidad el bebé tiene suficiente para saciarse.

El calostro también ayuda a proteger al bebé de las infecciones y a combatirlas por sí mismo. Gracias a los glóbulos blancos que contiene el calostro, se producen anticuerpos encargados de neutralizar bacterias o virus. Además, contribuye en varias fases del desarrollo del bebé: crecimiento, alimentación, sistema inmunitario, función intestinal, etc.