La leche materna es el alimento perfecto para los bebés que acaban de nacer y los lactantes. Las reservas nutricionales que guarda una mujer en la lactancia pueden agotarse como consecuencia del embarazo y la pérdida de sangre en el parto. Por dicha razón, cuidar de la nutrición en lactancia es muy importante, ya que se requiere de una dieta especial que pueda proporcionar los nutrientes necesarios al bebé a través de la leche.

Hoy te contamos algunos aspectos clave de la alimentación en la lactancia y su importancia en el desarrollo del recién nacido. Sigue leyendo o aprende de manera profesional del tema con nuestra Maestría en Nutrición Infantil.

¿En qué consiste la nutrición en lactancia?

Este concepto esta relacionado con la leche materna que debe garantizar la adecuada nutrición del lactante como continuación a la nutrición intrauterina, y con el estado nutritivo materno. Esto es así porque la alimentación de la madre puede influir en la composición de la leche y, por lo tanto, en la aportación de nutrientes al bebé lactante. Por ello, tanto las necesidades nutricionales del recién nacido, como las de la mujer que está lactando, aumentan y deben reunir ciertas características.

Durante el tiempo de lactancia, las glándulas mamarias trabajan con cierta independencia metabólica que permite la correcta composición de la leche. Todas las madres, a no ser que tengan problemas de nutrición extremos, pueden generar leche en nivel y calidad adecuada. Aunque haya cambios en la dieta que varíen el perfil de ácidos grasos y algunos micronutrientes, no tienen relación con la cantidad de leche ni su calidad.

En verdad, la leche de toda mamá cuenta con grandes valores nutricionales e inmunológicos. Además, el cuerpo de la madre le da prioridad a las necesidades del bebé. Por ello, la mayor cantidad de nutrientes, como el hierro, el cinc y el calcio se siguen excretando en la leche, sin depender de los depósitos maternos.

Importancia de la nutrición durante la lactancia

Como ya hemos mencionado, la energía, las proteínas y todos los nutrientes de la leche provienen de la dieta y de las reservas maternas. Las mujeres que no reciben suficientes nutrientes a través de su alimentación pueden tener deficiencia en minerales y vitaminas que cumplen funciones importantes. Aunque estas deficiencias se pueden evitar si la madre toma suplementos nutricionales, siempre hay que mejorar la dieta durante este periodo.

No obstante, como la lactancia materna supone un adecuado aporte de nutrientes para cubrir las necesidades durante los primeros 3-12 meses de vida, reduce el riesgo de sensibilización alergénica. Además, con una buena nutrición en lactancia, que refuerce las reservas nutricionales de la madre, hay mayor protección inmunológica y antibacteriana. También, mejora la relación entre madre e hijo, reduce la mortalidad y morbilidad neonatal, evita contaminaciones externas y es más económico.

Aspectos clave de nutrición en la lactancia

Es necesario, el aporte adecuado de energía y una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras y productos de origen animal para garantizar un embarazo y lactancia sin deficiencias. De la misma forma, algunos nutrientes, especialmente hierro, yodo, ácido fólico y vitamina A, son muy importancias para la mamá y el bebé. Sin embargo, son más difíciles de alcanzar a través de la alimentación diaria. Por ello, es necesario administrar suplementos o tomar alimentos naturales fortificados con estos nutrientes.

Las recomendaciones dietéticas deben tener en cuenta las necesidades especiales de cada lactante. Todas ellas dependen de la edad, la velocidad de crecimiento, el metabolismo basal, el clima, las reservas previas, y otros factores.

Por otro lado, no se aconsejan las dietas para adelgazar que aporten menos de 1,800 kcal diarias, ya que cuando es menor pueden afectarse las reservas maternas. Asimismo, las ingestas inferiores a 1,500 kcal por día pueden generar fatiga y disminuir el volumen de leche. Bajo esta línea, el consumo calórico materno recomendado durante la lactancia es de 2.300-2.500cal al día para alimentar un hijo y de 2.600-3.000cal para la lactancia de gemelos.

Sin duda, la edad, el peso previo, el nivel de actividad y el metabolismo individual determinan la cantidad de comida que requiere cada mujer para estar sana y para tener una buena producción de leche. La duración y la intensidad de la lactancia influyen también significativamente en las necesidades nutricionales de la madre.