La Escuela Activa implica un nuevo modelo educativo que, aunque nacido en el siglo XIX, está siendo recuperado en los programas educativos actuales. Nació como forma alternativa de entender la educación frente a la escuela tradicional. Sus metas se diferencian claramente de la psicopedagogía tradicional.
En esta nueva escuela los alumnos son formados como personas con valores democráticos. Recuperan un papel relevante en su proceso educativo, siendo agentes activos del mismo. Por ello, te será de utilidad diferenciar ambos paradigmas, la escuela activa frente a la escuela tradicional.
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Diferencias esenciales entre escuela activa y tradicional
Ambas concepciones son antagónicas. Mientras la escuela tradicional surgió en el siglo XVII, la activa es posterior naciendo entre los siglos XIX y XX. Sin embargo, como vas a poder comprobar, actualmente se sigue practicando, en gran medida, la escuela tradicional.
Esta escuela tiene como objetivo formar a las personas para su plena integración en la democracia, sobre todo, con un espíritu crítico. En la tradicional, por el contrario, se transmiten valores ya dados que no se cuestionan.
El espíritu crítico y comprensivo se une, en la nueva escuela, a una educación multidisciplinar en la que los alumnos pueden aprender multitud de materias. No obstante, en la tradicional esto no se contempla siendo la forma de aprendizaje principal la memorización.
Otras diferencias entre ambas concepciones
Es muy posible que cuando leas las diferencias entre ambas reconozcas que la escuela tradicional es la que se aplica en la actualidad. Las leyes educativas intentan, en ocasiones, acercarse a la Escuela Activa, pero suelen ser tímidas concesiones que no abarcan los aspectos esenciales.
Cuando las leas, tú mismo podrás juzgar qué tipo de educación recibiste o recibes. Si estás en el sistema educativo como padre, alumno o si eres maestro o profesor. ¿Qué tipo de educación impartes?
La Escuela Activa
– Parte de las necesidades de los alumnos y toma en cuenta sus intereses.
– El papel del profesor es el de estimular al alumno para que se sienta motivado en su proceso de aprendizaje.
– El alumno tiene el acompañamiento del maestro y su relación es horizontal. Construye el conocimiento junto con los alumnos.
– La evaluación del progreso de los alumnos es global. No se evalúan áreas o materias mediante exámenes.
– Las normas se establecen de común acuerdo entre todos.
– Las sesiones pueden realizarse no solo en el aula, sino en la totalidad del entorno escolar.
– La disciplina es consensuada entre todos.
Escuela Tradicional
– Su objetivo es que se aprendan los contenidos de las materias y de las asignaturas que se deciden fuera del aula.
– Los alumnos no deciden qué, cómo o cuándo aprender. No se prioriza partir de los conocimientos del alumno.
– El profesor es el centro de la enseñanza. El método es la autoridad y el alumno está en una posición de pasividad. Solo recibe conocimientos.
– Se evalúa mediante exámenes para que se alcancen los objetivos planteados.
– Las sesiones se realizan únicamente en el aula.
– La disciplina la imparte el profesor.
Las características de la Escuela Activa
Vamos a basarnos ahora no en las diferencias, sino en los aspectos básicos que esta educación propone. Comprobarás que son postulados alternativos que en algunos países como Finlandia llevan años poniéndolos en práctica con excelentes resultados.
Principios básicos de esta corriente educativa
– El alumno desempeña un papel activo y se le implica en su propio proceso de aprendizaje.
– El profesor debe conocer a sus alumnos, su personalidad y su forma de comportarse para adaptar la educación.
– Cada alumno es diferente, tiene capacidades y habilidades distintas, todas válidas. Esto hace que la educación no sea igual para todos.
Por supuesto, con esto nos referimos a que cada alumno es único y diferente, no tiene nada que ver con la igualdad de derechos.
La docencia en la escuela activa
El papel del profesor es de incalculable valor. Si se desconoce este tipo de pedagogía y metodología se pueden confundir los términos.
El profesor no es amigo del alumno. Sin embargo, mantiene una relación más semejante a la de un orientador. Por tanto, el docente de esta educación tiene una gran tarea por delante.
Su docencia se centra en cada alumno, no solo en todos como grupo, y debe hacer seguimiento de las necesidades de cada alumno.
El profesorado introduce valores sociales en los programas docentes. Los conocimientos académicos deben estar relacionados con la vida real y ser necesarios. De esta forma, se logra que los alumnos sientan la necesidad de aprender.
Ser un buen ciudadano es otra de las áreas fundamentales. Y no se trata de impartir doctrinas, sino, más bien, de incorporar el pensamiento crítico. Los alumnos deben poder llegar a pensar por sí mismos. Conocer las diferentes alternativas, evaluar los pros y contras de cada una, y decidir cuál es la más correcta.
En este proceso de formación y maduración personal el maestro juega un papel de orientador, facilitador y de apoyo. Así, los alumnos llegan a ser ciudadanos activos que toman sus propias decisiones.
El profesor es visto por el alumno como un punto de apoyo y no como una autoridad represiva. La relación es mucho más productiva y satisfactoria para ambos.
El alumno aprende a ser libre
Una de las mayores ventajas de este tipo de educación es la libertad que asumen los alumnos. Ser libre implica responsabilidad. Por tanto, sus actos conllevan consecuencias. Aprenden desde pequeños que todo lo que hacen conlleva responsabilidad.
A su vez, se fomenta la creatividad de cada alumno. De este modo, los niños y jóvenes crecen con seguridad y autoestima.
Se permite el movimiento de los alumnos, pero este es enfocado al aprendizaje. Constituye un claro beneficio, sobre todo, para alumnos que tienen problemas para permanecer horas y horas sentados sin moverse.
Como ves, las evidentes ventajas de esta pedagogía no han implicado una trasformación de nuestros sistemas educativos. Los padres y profesionales que desean, hoy en día, participar en una escuela transformadora y nueva lo tienen verdaderamente más difícil.
Pero no es imposible, existen centros concretos que basan sus proyectos educativos en estos principios. Si eres padre y deseas que tus hijos crezcan siendo responsables, libres, autónomos, con valores y siendo ciudadanos del mañana, la Escuela Activa puede ser tu alternativa.