La alteración que influye en el desarrollo de aptitudes comunicativas de los niños y de las niñas es el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL). Este trastorno puede afectar el habla, la audición o las habilidades de lecto-escritura. ¿Te gustaría saber cómo tratar este tipo de alteraciones en la niñez? Consulta nuestra Maestría en Estimulación del Lenguaje y especialízate en el ámbito de la Atención Temprana.

¿Qué es el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)?

La alteración en el lenguaje se produce en el desarrollo de las capacidades relacionadas con el habla y la comunicación. Podemos evidenciar este problema en las habilidades de expresión o en los procesos comunicativos.

El TEL también es conocido como el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje, disfasia del desarrollo o retraso del lenguaje. Este daño afecta al 8% de los niños y niñas, y suele extenderse en la etapa adulta.

¿Cómo se manifiesta este trastorno?

Este trastorno tiene unas características que pueden manifestarse de diferentes formas. Algunos niños y niñas pueden padecerlo de manera distinta, presentando las siguientes características:

  • Adquisición lenta en las habilidades del lenguaje que genera un retraso en la formulación de las palabras en las frases.
  • Dificultad para aprender palabras nuevas y mantener una conversación fluida.
  • Los pequeños con Trastorno Específico del Lenguaje hacen errores de gramática y hablan sin mucha cohesión.
  • Falta de léxico al hablar.
  • Incapacidad para seguir una instrucción.
  • Problemas a nivel social.

Si esta alteración no se detecta y trata desde la infancia, en la etapa adulta puede suponer un problema mucho mayor. Esto es así porque habría un uso limitado de oraciones complejas, dificultad para encontrar las palabras correctas y errores gramaticales. También, pueden tener dificultades en la lectoescritura y tendencia a errores ortográficos de manera constante.

¿Qué provoca el Trastorno Específico del Lenguaje?

No hay una causa específica que genere el trastorno del lenguaje, el habla y la comunicación. Sin embargo, sí hay un componente genético evidente en su desarrollo. Y es que, se ha visto que entre el 50% y el 70% de los infantes que tienen el Trastorno Específico del Lenguaje, tienen un familiar que también lo padece.

Si se detecta que un menor tiene problemas en el lenguaje, es fundamental asistir a un profesional que evalúe estas dificultades. En esta parte, hay que detectar aspectos relacionados con la evolución cuantitativa del niño. Es decir, qué tanto entiende y puede expresar a su edad.

No obstante, también es importante evaluar la parte cualitativa para saber cómo debe hablar en una determinada etapa. Así, se considerarán variables interindividuales (comparativa con otros menores), e intraindividuales (para el mismo niño o niña en diferentes momentos de su vida).