El divorcio es uno de los procesos judiciales más demandados actualmente y puede llegar a perjudicar a los hijos/as. Por ello, en el artículo de hoy hablaremos de este tema tan importante para la sociedad. Así pues, vamos a conocer los tipos de divorcio que existen y en qué se diferencian. ¿Te gustaría saber más sobre la manera de ayudar a los hijos/as durante este proceso y lo que conlleva para ellos? Ahora puedes formarte profesionalmente con nuestra Maestría en Psicología Infantil y Adolescente + Maestría en Coach e Inteligencia Emocional Infantil y Juvenil.

¿Qué es el divorcio?

Antes de hablar sobre los tipos de divorcio que hay y lo que suponen cada uno de ellos, vamos a conocer en qué consiste el divorcio exactamente. El término divorcio se refiere a el proceso legal que da lugar a la disolución conyugal. Es decir, cuando una pareja se divorcia, el resultado es que el vínculo matrimonial deja de existir entre ellos y los cónyuges tendrán total libertad para volver a casarse por la vía civil con otra persona.

Cuando el divorcio tiene lugar, ambas partes dejan de tener obligaciones y derechos sobre: la pensión de viudedad, la prestación de alimentos, entre otros. Aun así, cuando hay hijos/as el divorcio no excluye las obligaciones de sus padres con ellos, aunque no haya matrimonio. Un divorcio puede complicarse dependiendo de la voluntad de los cónyuges. Es en esta parte del trámite cuando hay que tener en cuenta los tipos de divorcios existentes y lo que significan. ¿Sabes cuáles son las opciones de separación matrimonial que existen? ¡Vamos a descubrirlas!

Tipos de divorcio

En la actualidad, el divorcio puede ser solicitado por consentimiento de ambos o hacerse de manera unilateral, por un cónyuge y sin contar con el consentimiento de la otra parte. Estas dos formas de proceder se diferencian por ser de común acuerdo o por ser el contencioso. Cada tipo de divorcio se compone por una base legal diferente desde el punto de vista jurídico. Así pues, conozcamos los detalles de estos procedimientos y lo que significan para los solicitantes.

Divorcio de mutuo acuerdo

Este proceso también se conoce como divorcio amistoso y se considera el más adecuado para todos los integrantes de la familia. Para llegar a esta clase de separación, ambas partes del matrimonio presentan la demanda de divorcio con la firma correspondiente. También cabe la posibilidad de que uno de los cónyuges presente la demanda, pero debe disponer del consentimiento firmado de la otra persona. Se trata de un procedimiento rápido, sencillo y económico en el que no se tiene que celebrar juicio. ¿Hay requisitos para el divorcio de mutuo acuerdo? Así es, ambos deben llevar un escrito al juzgado en el que se solicite el divorcio, aunque no tiene que hacerse a la vez. Para que el proceso avance, hay tres pautas que deben cumplirse:

  • Redactar un convenio regulador en el que se encuentren especificados las medidas tras la separación. Se reflejará el reparto de bienes que eran compartidos, las pensiones y la relación con los hijos/as en caso de tenerlos.
  • Que haya pasado más de 3 meses desde que se contrajo matrimonio.
  • En el convenio regulador existente, ambas partes deben dejar constancia de su desvinculación matricular. Además, un juez debe ratificar esto.

Tipo de divorcio contencioso

Hay situaciones en las que las partes no logran ponerse de acuerdo. Esto suele acabar con uno de los cónyuges solicitando el divorcio aunque no tenga el consentimiento de la otra persona. Para ello, se presenta lo que se conoce como demanda contenciosa vía judicial. Obviamente, al no haber mutuo acuerdo, no existe un convenio regulador y será el juez quien se encargue de establecer las medidas de la situación en la que queda cada cónyuge tras la separación. Para ello, el juez tiene en cuenta el tipo de régimen económico del matrimonio, si es en gananciales o con separación de bienes.

Al igual que en el tipo de separación matrimonial que vimos anteriormente, es necesario que hayan pasado 3 meses desde que se dio la unión. Además, cualquiera de las partes puede ser quien presente la demanda. Este procedimiento es más caro y prolongado en el tiempo, requiriendo que cada parte disponga de un abogado distinto.

En el caso de tener hijos, una vez que la otra parte responda a la demanda, el juez procederá a citarlos en una visita para analizar las pruebas de cada cónyuge. Finalmente, se decide la custodia de los hijos y se redacta una sentencia judicial con el resultado.

Acompañamiento de los hijos durante el divorcio

El divorcio no implica únicamente la vía legal, sino que también afecta a las emociones de los cónyuges. Sin embargo, esto tiene un riesgo más alto si hay hijos durante el proceso de divorcio. ¿Qué quiere decir esto? El proceso puede ser complejo y doloroso de explicar a los más pequeños. Además, dependiendo de la edad del hijo/a, su personalidad, pensamientos y otros muchos factores, esta noticia puede tomarse de una manera u otra.

Los hijos suelen tener muchas preguntas sobre este procedimiento y lo que supondrá para ellos. Para que le afecte lo mínimamente posible, el acompañamiento de un profesional para aceptar y superar esta situación es indispensable. Al principio, las reacciones pueden ser complicadas de controlar: el shock de la noticia, la tristeza, la frustración y la preocupación son las reacciones más habituales en niños que están afrontando el divorcio de sus padres.

Dar el paso y elegir el asesoramiento psicológico previo al divorcio, durante el proceso o posteriormente a la separación ofrece muchas ventajas para los hijos. Con esta ayuda extra, es mucho más fácil la comunicación entre padres e hijos, además de que es más sencillo detectar factores de riesgo que puedan requerir de ayuda especializada.

Signos de alarma en los hijos

Como hemos comentado, es posible que se detecten factores de riesgo en los hijos/as durante el proceso de divorcio, por lo que es necesario pasar al psicólogo o coach infantil. ¿Por qué ocurre esto? Algunos procesos de divorcio pueden ser más complejos que otros, acabando en ocasiones con los padres discutiendo constantemente y con los hijos viviendo situaciones de estrés. A continuación, vamos a conocer los principales signos de alarma que son importantes conocer para saber si el niño o niña debe acudir a algún especialista:

  • Sentimiento de culpa o de inutilidad.
  • No querer participar en actividades rutinarias durante un periodo de tiempo superior a 6 meses.
  • Insomnio significativo y que es constante durante más de un mes.
  • Abandonar hábitos.
  • Retrasos en el aprendizaje y malos resultados en los estudios.
  • Regresiones en el aprendizaje.