El cerebro de los más pequeños es como una esponja recién estrenada. Su capacidad para aprender nuevos conceptos e ideas es mucho mayor que la de los adultos. Por eso, durante la educación infantil se usan diferentes recursos educativos para cada ámbito. Y en el de la educación ambiental, uno de los más importantes es la granja escuela. ¡Acompáñanos a descubrir qué es y qué beneficios aporta!

Si te gustaría aprender más sobre la importancia de la granja escuela en la educación ambiental, fórmate con el Curso Auxiliar de Guardería.

¿Qué es una granja escuela?

Todos sabemos qué es una granja ‘a secas’. Un espacio con tierras para labrar e instalaciones acondicionadas para animales domésticos y ganado. Pero y, ¿una granja escuela? Pues una granja al uso capacitada para realizar actividades educativas y enseñar la vida y el trabajo en el campo.

¿Sus objetivos? Conseguir que los pequeños tomen consciencia de los problemas derivados de la relación entre humanidad y naturaleza. Este sería su principal propósito, compartido con la educación ambiental. Y, además, la visita a una granja escuela forma parte del método de aprendizaje por descubrimiento.

El aprendizaje por descubrimiento

Se trata de una metodología de aprendizaje muy interesante. Con ella los pequeños descubren por su propio pie conocimientos y conceptos. Así, el educador se limita a darle al alumno las herramientas que necesita y el alumno se convierte en protagonista de su propia formación.

Las ventajas del aprendizaje por descubrimiento son múltiples y variadas, pero aquí va una selección de las más importantes:

  • Organizar eficazmente lo aprendido para usarlo después
  • Efectividad y naturalidad en la trasmisión de contenidos
  • Desarrollo de la creatividad y pensamiento crítico
  • El descubrimiento de lo aprendido es real
  • Potenciar la capacidad de resolución de problemas

Ya, vale, dirás. Pero, ¿y los beneficios de una granja escuela? Allá vamos.

Beneficios de una granja escuela

Este apartado del post podría ocupar el artículo entero. Y es que una visita a una ‘granja escuela’ acumula los beneficios del anterior apartado y, además, suma los suyos. Aquí va una pequeña muestra de todo lo bueno que puede aportar a la educación de los infantes.

– Conocimiento del medio rural y los seres vivos

Este punto puede sorprender a algunos. Pero, los pequeños que viven en la ciudad no conocen el mundo rural. Por eso, la visita a una granja escuela es una oportunidad para conocer un nuevo ‘mundo’ o estilo de vida. Además, se trata de una manera de conocer cómo viven los animales y cómo llegan a nuestros platos.

– Artesanía y ecología

Muchas de las actividades que se realizan en una granja escuela comprenden la elaboración de un alimento natural y artesano. Te esta manera, los niños se acercan a la ecología y aprenden métodos tradicionales de alimentación y elaboración.

– Educación ambiental

Es una de las mejores herramientas para entender los problemas relacionados con la naturaleza y la acción del humano. Los niños aprenden valores medioambientales y se sensibilizan. Este punto refuerza el anterior, ya que puede fomentar el respeto a la naturaleza y la ecología.

– Más habilidades sociales

Una excursión fuera de la escuela siempre es una manera de reforzar las habilidades y relaciones sociales de los pequeños. Pero en una granja escuela esto se multiplica, pues descubren otra manera de relacionarse con su entorno y aprenden la importancia de trabajar en equipo.

Actividades de una granja escuela

Aunque adaptada al lugar donde se encuentra, la verdad es que en una granja escuela se pueden encontrar muchas actividades. Además, las visitas pueden hacerse todo el año, ya que a cada estación se hacen unas u otras. Un factor que ayuda a la formación de los niños, que aprenden los cambios de rutina del mundo rural con las estaciones. ¡Siempre hay cosas que aprender!

Estos son algunos ejemplos de la variedad de actividades que se pueden encontrar en los diferentes espacios:

Animales domésticos y cuidado del ganado:

Se aprende cuáles son los cuidados necesarios de los animales que viven en una granja. Fomenta la sensibilización con el mundo natural.

Equitación:

Hay centros que tienen caballos y ofrecen actividades de hípica y equitación. Fomenta la actividad física.

Senderismo:

Si la granja escuela está situada en una zona montañosa, se ofrecen excursiones de senderismo. Fomenta la actividad física y el descubrimiento de plantas naturales.

Actividades de aventura:

Algunas escuelas tienen zonas habilitadas para practicar actividades y deportes de aventuras. Cuerdas, saltos,… ¡diversión para todos!

Teatro, cuentacuentos, entretenimiento:

Muchas veces se organizan teatros, cuentacuentos u otras opciones de entretenimiento. Fomentan así la creatividad y el compañerismo.

Agricultura:

Los centros suelen tener zona de huerto o conreo. Los niños aprenden las rutinas de la agricultura y pueden practicarla en alguna ocasión.

Apicultura:

Si la granja tiene una zona para la apicultura, los niños se acercan al mundo de las abejas. Se trata de un acercamiento al mundo animal. ¡Tranquilos! Suelen tener trajes de apicultor para evitar picaduras.

Taller de artesanía:

Muchas actividades de las que se ofrecen consisten en la confección artesanal de productos. Por ejemplo, si la granja escuela practica la apicultura, velas de cera. Fomenta la creatividad.

Talleres de pastelería, panadería y quesería:

De los productos obtenidos de las actividades de la granja. Los niños aprenden diferentes técnicas de cocina.

Campamentos:

Hay algunas granjas escuelas que tienen opciones de hacer campamientos de verano. Un tipo de actividad que refuerza el compañerismo.