Aunque la educación Montessori surgió a principios del siglo pasado, sigue estando vigente. Hoy más que nunca. Básicamente porque se considera un método muy efectivo que mantiene en su centro al niño. Por ello sigue siendo una alternativa moderna e innovadora al sistema educativo tradicional propio del modelo de escuela del siglo XIX. Aunque seguramente habrás oído hablar de esta pedagogía, sigue leyendo y conoce sus fundamentos y las claves de su éxito hasta la actualidad. Especialízate con el Máster en Pedagogía Montessori + Máster en Coaching e Inteligencia Emocional Infantil y Juvenil.
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Educación Montessori: particularidades de un método extraordinario
La pedagoga María Montessori, a quien debe su nombre este método, creó un sistema tan singular que ninguna otra pedagogía pudo superarlo hasta nuestros días. ¿Sabes en detalle de qué va? Por si acaso, te contamos uno a uno sus principios básicos y los valores que sostiene.
Un ambiente preparado
Este método se desenvuelve en un espacio educativo que, sobre todo, facilita el aprendizaje y promueve la autonomía del niño. Debe crearse para ello un ambiente amplio. También debe ser minimalista en cuanto a la cantidad de objetos. En él debe prevalecer el orden y la simpleza. Allí interactúan peques de distintas edades. Ellos están integrados en el aula Montessori, entorno en el que aprenden a relacionarse con el mundo real. Cada elemento tiene una función específica y responde a las necesidades de los alumnos de acuerdo con su etapa del desarrollo. El mobiliario y los elementos de aprendizaje se mantienen al alcance y a la vista de los críos, verdaderos protagonistas de la educación Montessori. Ellos toman los materiales de su lugar, los utilizan y luego los guardan donde corresponda.
El niño y sus maestros en la Pedagogía Montessori
El niño es el centro de la educación Montessori. Es, en efecto, su razón de ser. Los docentes deben seguir al niño. ¿Qué significa? Advertir sus necesidades de desarrollo de acuerdo con su edad (planos del desarrollo, según este método), proveerle de un ambiente favorable, en lo físico y emocional, y responder a sus demandas. María Montessori sostenía que el desarrollo depende de su contacto con el mundo real y sus objetos. En este sentido, es función primordial de los maestros acercar el mundo al niño para que este se relacione con él y así se construya a sí mismo. Y, en cierto modo, esto hace que todavía sea considerado por muchos un método vanguardista.
Materiales diseñados científicamente
Los llamados materiales Montessori contribuyen al desarrollo del conocimiento y del pensamiento abstracto. Son materiales concretos, por lo general hechos en madera y variados colores y formas. Y permiten a los alumnos explorar el mundo que los rodea. Además, posibilitan la repetición y ayudan a mantener la concentración. Tienen un control de error. ¿Qué es eso?, te preguntarás. Significa que cada material demuestra al alumno si se lo está utilizando de manera correcta o no. Esto demuestra a los niños que el error forma parte del proceso de aprendizaje. Gracias a ello, ganan confianza en sí mismos y tienen una actitud positiva frente a los obstáculos.
El rol del adulto: docente, papá o mamá
La maestra Montessori es una guía para el niño. Lo observa en detalle, reconoce sus necesidades, intereses y habilidades. Y ofrece materiales o actividades acordes con todo lo que sabe del niño en cuestión. Interviene lo menos posible, dejando actuar al pequeño. No hace las cosas por él, lo acompaña para que pueda hacerlo y pensarlo por sí mismo. No hay premios ni castigos en la Educación Montessori. Surge, en cambio, la disciplina interior y la satisfacción personal de ir evolucionando. El rol del adulto es cien por cien distinto al que tiene dentro de la educación convencional. Su misión en esta pedagogía es estar presente sin que esa presencia perturbe el proceso de aprendizaje.
Una educación libre y un aprendizaje espontáneo
La Pedagogía Montessori sostiene que cada niño aprende natural y espontáneamente. Y, además, a su ritmo. Esto, que puede parecerte un detalle, es el pilar fundamental de este método. Es una de las principales diferencias con la educación tradicional. En las escuelas de enseñanza oficial de España, un mismo cúmulo de temas se enseña a un grupo de niños de la misma edad y se espera que, en el transcurso del ciclo escolar, todos lleguen a incorporar los mismos contenidos. Esto le resultaba imposible a María Montessori y alegaba que era la causa del masivo fracaso escolar. En cambio, en los centros de enseñanza Montessori, los alumnos aprenden de manera diferente, a medida que desarrollan su cognición y sin presiones. Para aprender de otros se mezclan las edades dentro de las aulas, lo que suele ser un elemento que contribuye a un mayor y mejor aprendizaje.
Las ventajas de apostar por esta alternativa educativa
Te preguntarás a estas alturas: ¿cuáles son las ventajas respecto de la educación tradicional o estándar? Son muchas. En principio, como no se establecen metas pedagógicas obligatorias, no se promueve la competitividad entre los alumnos. Es, además, una educación más personalizada; distinta a la propuesta oficial en España que ofrece idénticos contenidos a niños provenientes de diversos contextos, con intereses diversos y capacidades diferentes.
El aprendizaje se torna divertido para el niño, que se entusiasma con determinados temas y profundiza en ellos a su ritmo. Sabrás de sobra que en la educación tradicional, los niños suelen aburrirse en clase y rechazan el aprendizaje porque no se adapta a sus gustos y preferencias. Los alumnos Montessori pueden moverse con libertad dentro del aula e inclusive dentro del centro de enseñanza. Cada cual actúa guiado por su propia disciplina y por ello se mantiene el orden y se promueve el respeto de ciertas normas básicas sin que exista miedo a las represalias.
Ahora que conoces en qué se basa la educación Montessori, tendrás una idea del porqué de su éxito. Pese a tratarse de una alternativa educativa de principios del 1900. Se debe a que las ideas novedosas siguen iluminando y encendiendo las mentes de nuevas generaciones de alumnos, maestros y padres.