¿Conoces los beneficios del coaching infantil? Muchas personas adultas inician un proceso de coaching con el propósito de lograr un objetivo realista por medio de un plan de acción. Pero, ¿sabías que los/las infantes también pueden beneficiarse de este método de entrenamiento? Los/las niños/as y los/las adolescentes también experimentan dificultades cotidianas que pueden obstaculizar, de algún modo, su bienestar. En ocasiones, padres y madres se plantean la posibilidad de buscar herramientas de apoyo para el/la infante. El coaching es un ejemplo de iniciativa posible, ya que este proceso se enmarca en un espacio vital de creatividad, imaginación y descubrimiento, ayudando a un/a niño/a a ganar confianza en sí mismo y como consecuencia, beneficiar sus relaciones personales.
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Índice de contenidos
Fortalezas del coaching infantil
Como adulto/a, puede que en algún momento tengas dudas sobre si un coach puede ayudar a los niños y las niñas. Esta es una cuestión que el/la propio/a experto/a podrá resolver. No obstante, debes saber que coaching y psicología son dos disciplinas diferentes. El/la coach puede derivar el caso a un/a psicólogo/a si lo cree conveniente, ya que existen circunstancias en las que la ayuda de un/a psicólogo/a es fundamental. Sin embargo, un proceso de coaching es distinto a una terapia tanto por las razones que lo motivan como en el proceso. A su vez, la formación académica de un/a coach y de un/a psicólogo/a también son distintas.
El coaching infantil es un proceso de acompañamiento en el que los padres y las madres del niño/a también cumplen una función esencial. Además, cuando tu hijo/hija es feliz, tú también te sientes más pleno/plena con tu propia vida. Por tanto, el efecto del coaching también es nutritivo para la familia. Asimismo, esta experiencia puede ofrecer una mejora en la comunicación familiar.
¿Por qué utilizar el coaching en la infancia?
Tal vez el/la infante esté teniendo un obstáculo o una dificultad en algún ámbito específico. La identificación de este bloqueo o de la meta a alcanzar da sentido a un proceso de estas características. Dicho objetivo expresa cuál es la dirección a seguir durante las sesiones. El/la niño/a se conoce mejor a sí mismo/a a partir de esta nueva experiencia. Además, existen dinámicas que se mantienen en el tiempo si no se generan cambios significativos en la rutina.
El infante es protagonista durante un proceso de coaching, en el que conecta con sus emociones. Cada proceso es totalmente personalizado y, por tanto, cada objetivo del proceso de coaching infantil es diferente.
También puede ocurrir que la razón por la que el niño o la niña inicia un proceso de coaching sea académica. Por ejemplo, puede necesitar un refuerzo en la gestión del tiempo o incrementar la motivación. Asimismo, puede aumentar su compromiso con las responsabilidades propias de su edad.
A través de esta experiencia, el niño o la niña también desarrolla nuevas habilidades que influyen directamente en su felicidad. Por ejemplo, el niño o la niña es más feliz cuando dedica parte de su tiempo a hacer aquellas actividades de ocio que le gustan. Por medio de este proceso de entrenamiento, el/la infante puede identificar qué es aquello que quiere hacer y estar más seguro de sus decisiones.
Desarrollo personal
Un proceso de coaching se centra en el presente tanto en la etapa adulta como en la infancia. No obstante, el infante también influye en su futuro a través de su presente. Igualmente, conforme avanza en la dirección de un objetivo, también refuerza su autoconfianza, lo cual favorece el desarrollo personal.
La inteligencia emocional es muy importante para todo ser humano. Aprender a gestionar las emociones desde la infancia es un valor totalmente necesario. Los niños y las niñas viven un periodo en el que son muy receptivos hacia el aprendizaje y, éste, no solo se refiere al conocimiento que retienen de las materias que se estudian.
La idea es que los niños, las niñas y adolescentes puedan aprender a identificar sus emociones y a ponerles nombre. Ésta es una habilidad esencial que reforzará su bienestar. La inteligencia emocional también está presente en la comunicación. Por medio del coaching infantil, el infante puede descubrir nuevas herramientas que podrá utilizar, posteriormente, en su día a día.
Durante un proceso de coaching, el niño o la niña siempre es el protagonista, lo cual influye en su posicionamiento ante la realidad inmediata. Una implicación que también mejora los resultados esperados.
Eso sí, cabe apuntar que no existe ningún manual de instrucciones sobre cómo ser feliz en cada edad. Tampoco hay una guía específica sobre cómo afrontar la paternidad o la maternidad. Esta es una de las razones por las que el coaching infantil es una fuente de inspiración. Es decir, el coaching infantil no parte de objetivos generalizados porque cada historia es un mundo. Con lo cual, no nos referimos a una técnica que cuente con un decálogo de uso general.
El papel de los padres durante el proceso de coaching
El coaching infantil se refiere a la experiencia de un proceso de acompañamiento. Sin embargo, existe un apoyo todavía más importante: el de los padres y las madres a sus hijos e hijas. Los/las progenitores/as son la mayor referencia; el mejor ejemplo a seguir para los más pequeños. Por tanto, el “coaching” que ejercen los padres y madres también tiene una influencia determinante sobre la educación, motivación y bienestar del infante.
El acompañamiento a través de los juegos compartidos, los mensajes de refuerzo, las pautas educativas, la paciencia y el tiempo en familia son vitales. De ahí que también sea significativo el papel que adoptan los padres y madres durante los procesos de coaching.
En definitiva, la metodología del coaching infantil, junto al apoyo de progenitores/as y educadores/as, ayuda a los/as niños/as y niñas a lograr objetivos específicos y realistas.