La ansiedad social es un trastorno que provoca malestar cuando el niño se encuentra en diferentes situaciones sociales. Y, aunque a veces podemos pensar que la ansiedad es cosa de adultos, la verdad es que no es así. Si quieres convertirte en un experto de la psicología infantil, ahora puedes estudiar psicología online y conocer a fondo esta disciplina.
En realidad, puede presentarse en personas de cualquier edad o sexo, y la ayuda que va a necesitar la persona será diferente según su caso. Pero cuando la sufren los niños debes saber que la participación de los padres en su mejoría es crucial.
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Los síntomas de la ansiedad social en niños
Existen muchos síntomas que te pueden indicar que un niño sufre este problema. Y todos estos síntomas tienen un denominador común: el miedo excesivo.
Verás que siente unmiedo exagerado a interaccionar con otras personas, incluidos niños de su misma edad.
Síntomas de la ansiedad social en niños
– No quiere ir al colegio o se niega a realizar actividades extraescolares para no relacionarse con los demás.
– Tiene miedo de hacer el ridículo ante otras personas, incluidos niños de su edad.
– No quiere hacer o no hace los trabajos escolares que suponen interacción en grupo.
– Temor excesivo a participar en las actividades de clase, sobre todo delante de otros compañeros.
– Dificultad para concentrarse, dolor de estómago, trastornos del sueño.
– Mucho temor a separarse de los padres.
– Tensión muscular, enrojecimiento facial.
– Diarrea.
El tratamiento de la ansiedad social en niños
Ahora vamos a ver qué podemos hacer para abordar este problema en los niños. La ansiedad social suele necesitar tratamiento psicológico por un profesional. En casos determinados, este tratamiento psicológico va acompañado de tratamiento médico con fármacos. Veamos en qué consiste la psicoterapia.
Psicoterapia en casos de ansiedad social infantil
Desde la psicoterapia cognitivo-conductual se aborda la modificación de los pensamientos y de las ideas irracionales que el niño ha asociado a las situaciones sociales. Se sustituyen por pensamientos mucho más adaptativos y objetivos para que pueda hacer frente a sus temores.
El objetivo es lograr que se adapte mejor a estas situaciones. Para ello, en estas terapias se les enseña a controlar o regular las emociones asociadas a las situaciones sociales.
Y, además, se realiza una exposición progresiva a las situaciones sociales que causan esta ansiedad. De esta forma, poco a poco, el niño comienza a vivir estas experiencias como menos amenazantes. Sus reacciones fisiológicas de miedo van disminuyendo y su actitud psicológica cambiando.
A todas estas acciones se añade el entrenamiento en relajación para que en los momentos de ansiedad sean capaces de relajarse por sí mismos. Estos ejercicios de relajación aprenden a utilizarlos antes de enfrentarse a las situaciones sociales. De esta forma las afrontan con menos ansiedad.
¿Qué podemos hacer los padres?
No solamente podemos llevarles a terapia. Tenemos que ayudar activamente a nuestros hijos a superar este trastorno, porque se puede superar.
Y como mencionamos anteriormente, vosotros, como padres, podéis ayudar en este proceso. Para ello vamos a daros una serie de pautas y consejos que pueden seros de utilidad.
La información sobre la ansiedad social
Para poder ayudar a los niños a superarlo, conocer el trastorno de ansiedad social es indispensable. Si conocéis lo que es, os será más fácil poneros en su lugar. Consultarlo con un profesional de la salud es la mejor forma de conocer el problema. El psicólogo que trate a vuestro hijo os informará sobre el mismo y os dará una serie de pautas.
Involucrarse en el tratamiento del niño
Estar presentesdurante el proceso es indispensable para que el niño se sienta acompañado y apoyado. Acompañadlo a las sesiones de psicoterapia, conoced lo que se trabaja en las sesiones y las pautas que el psicólogo da a la familia.
Animad al niño a seguir adelante, manteniendo una actitud positiva y una confianza en su mejoría. Esto vale para los peores momentos, esos en los que parece que nada mejora. Vuestro apoyo debe ser permanente para que sea exitoso el tratamiento.
Mantener una actitud de escucha activa
Esta es una de las partes más importantes en la que los padres podéis ayudar al niño. Que se sienta escuchado y comprendido es importantísimo. Esto no implica darle la razón, sino que comprendemos su sufrimiento y su malestar.
Aunque algunas de sus creencias sean difíciles de aceptar, lo que sí podemos es comprender el dolor que generan. Cuando escuchas a tu hijo él se siente mejor consigo mismo.
Nunca se debe ridiculizar su problema
Al tener ansiedad social, si el niño se siente ridiculizado, sobretodo por la familia, su sufrimiento se verá agravado.
– No hagáis bromas al respecto.
– No se hacen burlas por parte de padres, hermanos, primos o amigos.
A veces, cuando algo no se comprende bien, se tiende a gastar bromas para quitarle importancia. En estos casos no funciona. El niño lo pasa tan mal que no puede asumir que algo tan importante se minimice así.
Tu mayor logro será reforzar los suyos
Si el niño va progresando y mejorando, logrando objetivos de la terapia, debes reforzarlo positivamente. ¿Cómo se hace?
– Haz comentarios positivos sobre su esfuerzo. Vigila que no sean exagerados porque los niños saben cuando no hay sinceridad.
– Si cumple objetivos de terapia: acuerda con él algún refuerzo especial para cuando los logre.
-Hacer comentarios positivos incluso aunque no vaya del todo bien. Siempre hay algo positivo que comentar, aunque sea que es valiente al esforzarse.
Las críticas, siempre constructivas
Cuando se hace una crítica debe ser positiva, porque el objetivo es reforzar su autoestima. Además, refuerzan la seguridad en sí mismos.
Crítica negativa: “Si no vas a terapia siempre tendrás este problema”.
Crítica positiva: “Sé que te cuesta ir a terapia, pero de esta forma vas a superar el problema”.
Las críticas negativas nunca ayudan a nadie, y menos a un niño. Darles fortaleza es más fácil de lo que parece.
Fomentar la independencia del niño
De acuerdo con su edad, debéis ir fomentando que haga actividades de manera autónoma. Las tareas de casa, ir a la tienda a comprar una falta, quedarse a dormir en casa de un amigo o primo. Que vaya siendo independiente reforzará su autoestima.
En definitiva, la ansiedad social es un problema con tratamiento y que puede mejorar e incluso curarse definitivamente si se trata adecuadamente y se siguen algunos consejos por parte de las familias.