¿Te acuerdas cuando, de pequeña o pequeño, te preocupaba algo? Seguro que sí, todos hemos tenido alguna preocupación en la infancia o adolescencia. Por eso nació el coaching para niños, una metodología que ayuda a que los pequeños se den cuenta de que, muchas veces, tienen el poder de cambiar una circunstancia en la que no están contentos en sus manos.
Si trabajas en el mundo de la educación, eres mamá o papá o simplemente te apasiona el mundo de los niños, quédate. Vamos a dar un repaso al propósito y desarrollo del coaching infantil o coaching para niños. ¿Sigues con nosotros?
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¿Qué es el coaching para niños?
El coaching para niños o coaching infantil es una disciplina que levanta pasiones. Mientras hay quienes rehúsan su funcionalidad, también hay quienes defienden su utilidad.
Unos esgriman que los niños no tienen la misma capacidad que los adultos para tomar decisiones y pensar sobre si mismos. Mientras que otros opinan que es una metodología perfecta para fomentar el crecimiento personal y desarrollo de la inteligencia emocional.
Lo cierto es que plantear el enfoque del coaching a niños proviene principalmente de los padres. De aquí su relación con el coaching familiar, del que ya hablamos hace unos días en el blog. Esto es así porque, al final, el que lleva al niño a las sesiones de coaching para niños es, generalmente, su padre o madre.
¿Cómo es una sesión de coaching para niños?
Sin embargo, en una consulta de coaching infantil, suele tener el protagonismo el pequeño. Por más que sus papás le expongan al coach sus preocupaciones respecto al hijo, será el coach infantil el que deberá determinar si coincide la preocupación entre niño y papás.
Es decir, si el niño muestra otra preocupación distinta a la de sus papás, el coaching para niños deberá determinar cuál es la situación en la que se encuentra. El objetivo final será dotar al niño de las herramientas necesarias para que pueda solucionarla.
Temas más tratados por el coaching para niños
Los motivos para precisar la ayuda de un coaching pueden ser muy variados. Incluso hay quienes piensan que debería ser una ayuda universal para el fortalecimiento psicológico personal. Aun así, en las sesiones de coaching se pueden encontrar algunos patrones más o menos repetitivos.
Los principales motivos por los que los padres se ponen en contacto con coaches infantiles o familiares tienen que ver con situaciones como las siguientes:
1.- Desconocimiento sobre la actuación correcta ante un comportamiento concreto
Es posible que una familia o los cuidadores habituales de un pequeño no sepan cómo actuar ante ciertos comportamientos. Las sesiones de coaching para niños ayudarán a que el menor pueda enfocar su energía a otra conducta. Además, en las sesiones en las que los adultos estén presentes, aprenderán las técnicas necesarias para afrontarlas.
2.- Gestión de emociones y relaciones familiares
Otra de las preocupaciones que más se exponen en las sesiones con un coach infanto-juveniles o familiares es la incapacidad de gestionar emociones y relaciones. Conseguir que los niños entiendan qué sienten y como lo exteriorizan respecto a sus relativos será la máxima del coach.
3.- Situación de acoso o episodio complicado
Puede ser acoso escolar, un cambio en la estructura familiar o dudas sobre su identidad sexual. Buscar las herramientas adecuadas para gestionar estos episodios complicados será la tarea del coach. Pasar por estas etapas con un crecimiento personal desde el principio evitará problemas secundarios.
4.- Incapacidad de detección de un problema
El pequeño o pequeña tiene un problema, pero los padres, tutores o maestros no saben qué es lo que ocurre. El coaching para niños deberá determinar cuál es la situación que le preocupa y darle la vuelta. De esta manera, a través del crecimiento personal del pequeño, la situación problemática será menos influenciable en su vida.
5.- Derivación de un profesional de la salud o pediatra
Es probable que un profesional de la salud mental derive al menor para que realice algunas sesiones de coaching para niños. En algunas ocasiones, el coaching infantil se puede aplicar como terapia para que evolucionen favorablemente en sus situaciones personales.
El papel del coach: ser empático
Generalmente, los niños pueden empezar a acudir a sesiones de coaching para niños a la entrada a la etapa de educación primaria. Es a esas edades cuando los menores empiezan a ser conscientes de si mismos. También es en esos momentos cuando los pequeños empiezan a poder mantener conversaciones sobre ellos y los otros.
Así, sea cual sea la edad del niño o niña, el principal poder del coach infantil y juvenil será la empatía. Él o ella deberá ponerse en el papel de su edad, solo así podrá comprender sus preocupaciones y situaciones. Será en ese momento en cuanto podrán comenzar a trabajar y remar para alcanzar el objetivo.
Eficacia del coaching para niños
Aunque pueda parecer lo contrario, la efectividad del coaching para niños puede incluso superar la del coaching para adultos. Esto es porque, generalmente, la mente de los pequeños es menos cerrada que la de los mayores.
Gracias a la plasticidad de su mente, modificar conductas y pensamientos es menos difícil con ellos y las herramientas especializadas son conscientes de ello. Por eso acceder a eso que llamamos personalidad, y que en los peques todavía se está formando, es más fácil. Los cambios introducidos ante los problemas se aceptan como lo natural y se añaden a su personalidad.
Aun así, cabe destacar que esta alta efectividad de las sesiones de coaching para niños deberá ir acompañada de una actitud favorable de los padres, tutores o relativos.
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